viernes, 15 de abril de 2011

Entre el plástico y la carpeta de croché


Seguramente se acuerdan que en casa de algún familiar, amigo o vecino estaba la popular carpeta de croché encima del artículo, artefacto o electrodoméstico más importante del hogar, el televisor. Sí, más importante que el calentador de agua, uno se podía congelar bañándose, pero no acostarse sin ver televisión. También era un lugar de reunión familiar, todos viendo el mismo programa, por decisión del adulto responsable, recuerdo mucho ‘TV Hoy’ presentado por el presidente 57 de este bello país. En esa época di mis primeros pinitos como control remoto, “cambie el canal, suba el volumen, prenda, apague, mueva la antena”, era la orden impartida y claramente obedecía.

En el mismo mueble que se encontraba el televisor, en la parte inferior, estaba el grandioso BETAMAX, producido y desechado por Sony a los países del ‘tercer mundo’, pero este no tenía una carpeta de croché encima sino que su protección, era un forro de plástico transparente. En este articulo, artefacto o electrodoméstico no fui control remoto, es más, después de varias actualizaciones de hardware es que lo vine a manejar. Siempre fue el juguete preferido de mi padre y solo él tenía la llave mágica que abría la ‘cajita’ con el interruptor para encenderlo. Aunque lo confieso, mi madre nos ayudaba un poco a abrir la ‘cajita’ para ver alguna película de alquiler sin que mi padre se diera cuenta.

Así, entre el plástico y la carpeta de croché transcurrió mi infancia, me la pasaba frente al televisor viendo cuanto programa había en los canales de la época. Me sentaba frente al televisor a tomar tetero y a envolver mi cabello con dedo índice, luego halar y arrancarlo. En algún momento llegue a sufrir de una calvicie por tetero. Tenía una corona en mi cabeza, me hacía falta pelo y no llevaba más de 10 años en esta tierra. Yo no me comía las uñas y mucho menos comía mocos, yo me arrancaba el cabello hasta que mi padre decidió llevarme a la barbería, peluquería o salón de belleza y recibí mi primer corte militar. Esa fue la solución, aunque también me quitaron el tetero porque estaba muy grande y se me torcían los dientes.

Ahora, la carpeta no es un elemento que adorna el televisor. En estos nuevos artículos, artefactos o electrodomésticos no hay lugar para ponerla, y el forro de plástico ya no cubre el BETAMAX y mucho menos el DVD o Home Theater, qué dirán las visitas, qué ‘oso’. Es es el fin para la carpeta de croché y el forro plástico, aunque persisten en mi memoria y que como pieza decorativa o de protección han evolucionado según la moda y decoración de espacios. Ya crecí, por lo menos en la parte física, y ya no me arranco el cabello. Sin embargo, la carpeta de croché y el forro de plástico son un componente que marcaron mi vida y que estoy viendo que se extinguen. En la casa de mis padres siguen existiendo esos elementos y creo que el conjunto de muchos más es que me hacen sentir tan cómodo en ese lugar. Me recuerdan y me hacen ver que son compañeros de toda la vida.

Se me ocurrió decirlo porque en el Twitter de una amiga, en el cual hacía referencia a que se transportó en un taxi, cuyas sillas estaban extrañamente forradas en plástico, se desató una serie de preguntas sobre el comportamiento de un ‘gas’ sobre el plástico. Seguramente no será el único taxi con ese sistema de protección para su cojinería -aunque recuerdo que una vecina cubría las poltronas de la sala con un plástico y era cercada en una especie de obra en exposición-, pero la verdad nunca me he montado en uno de esos instrumentos de transporte público con esas características, por lo mismo creo que es algo extraño. ¿Será que se puede pedir el taxi con esas características a la central?

Sí se ve de manera evolutiva, el forro de plástico pasó de ser el escudo protector de algo preciado a sostenerle las nalgas a un pasajero de un taxi. Un poco denigrante, pero está cumpliendo con su función: ‘forro es forro póngase donde se ponga’. Y con la carpeta, no sé, es posible que algún día, en algún momento, algún diseñador las ponga de moda y esas venerables señoras que saben hacer croché, puedan hacer su buen negocio. Igual depende de la tendencia del momento. Así que por ahora, regalar una carpeta de croché no es un buen detalle, mejor regale una caja de pañuelos o una pala de cocina que por lo menos no quedará como un anticuado. 
 

1 comentario:

  1. Jajajajajajaja grande Gabo.... el tema es que en estos nuevos televisores ultradelgados ya no hay espacio para poner la carpetica de croché a dos agujas :(

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